sábado, 4 de julio de 2009
"Una nueva mirada…"
Muchas veces, al hacer diseño, nos hemos visto detenidos o estancados intentando encontrar la forma más adecuada y correcta de representar algo con objetivos comunicacionales… o tal vez tratando de encontrar la síntesis perfecta para la configuración de una marca gráfica… e incluso sacando cuentas para lograr párrafos con cierta cantidad de caracteres en retículas de determinado tamaño. Pero cuántas veces nos hemos detenido a pensar en cómo crear soluciones estratégicas empresariales… o cómo aplicar diseño en la estructura mental de quienes llevan las riendas de grandes empresas… o cómo hacer entender a quienes manejan empresas la importancia de nuestro trabajo.
Con esto no quiero dar a entender que un cuestionamiento sea primordial o mejor que otro, pero si quiero invitar a preguntarnos cómo estamos parados frente a nuestra profesión, cómo nos proyectamos en ella y cuáles son nuestros objetivos personales y colectivos como diseñadores en una sociedad que no valora nuestro trabajo.
Porqué hacer la separación entre los planteamientos mencionados anteriormente; en los dos hablo de hacer diseño, en primera instancia me refiero a un diseño más tradicional, al que todos estamos acostumbrados, es más bien la parte técnica de la realización de piezas gráficas, mientras que el segundo planteamiento me refiero a ver el diseño como una instancia de creatividad, de innovación, de mejorar nuestra capacidad de relación con la gente, y de incorporar factores fundamentales para un desempeño laboral más eficiente, y con más oportunidades de desarrollo.
En esta distinción de dos formas de mirar nuestra labor como diseñadores, puedo decir que claramente son las estructuras mentales las que hay que cambiar, revirtiendo los planteamientos clásicos de identificación de problema, intentando llegar a una forma de hacer las soluciones como parte de un planteamiento incorporado para luego crear soluciones a partir de una base sólida.
Cuando entramos a la Universidad, en general se nos enseñan técnicas básicas de diseño, ya sea composición, estética, programas computacionales, diagramación, etc. La vertiente técnica, el trabajo propiamente tal ya conocido el objetivo, conceptualizado el desarrollo. Es decir se nos enseña a diseñar formas, a definir estilos, crear piezas gráficas, y por supuesto, si eso es lo que hacemos, ese es nuestro trabajo.
Pero al mismo tiempo sin darnos cuenta estamos incorporando una manera de pensar, una forma de relacionarnos, un método de solución de problemas, e incluso una manera de vivir.
Diseñar es analizar, reflexionar sobre un encargo, sobre un problema a solucionar... es una fase de investigación, de generación de estímulos y conceptos.
No es casual que los diseñadores sean personas creativas, la mente del diseñador está más ligada también a lo emocional, porque querámoslo o no algo de artistas hay en nosotros. Y aquí es donde pongo énfasis en la diferencia de planteamientos, llegando a la conclusión de que una “mente diseñadora” es una pieza fundamental en el complemento con cargos gerenciales para un resultado satisfactorio en la empresa, porque el diseño no es en sí mismo una disciplina, no es autónomo; el diseño es una manera de trabajar, es un proceso que se podría aplicar incluso a muchos entornos de trabajo aparentemente lejanos.
Esta estructura de pensamiento es la que se hace interesante si la vamos aplicado a diferentes áreas de trabajo, sobre todo a áreas donde prevalecen, preponderan o sobresalen personas con cargos administrativos, gente ligada directamente con negocios, con cargos gerenciales etc. ¿Porqué se hace interesante?, porque su manera de pararse y plantearse frente a los negocios es mas “cuadrada”, los métodos de desarrollo y las estrategias empresariales claramente son mas estructuradas, mas centradas en números y resultados más que en una visión a largo plazo, con relaciones interpersonales satisfactoria que logren un desempeño más eficiente para la empresa. Los jefes deben desaparecer como sujetos que dan órdenes, para convertirse en líderes que prestan servicios a sus equipos de trabajos, guiando al colectivo hacia una meta común porque como dice Jeanne Liedtka en su texto: “Si los gerentes pensaran como diseñadores”; “Persuadir a otros para compartir tu visión funciona mucho mejor cuando haces una invitación en vez de dar una orden”.
Hemos oído infinitas veces que los empresarios no valoran el trabajo de diseñadores, pero ¿por qué?, porque nosotros tampoco nos hemos dado el tiempo de demostrar lo contrario, si nos quedamos en la postura de hacer “monitos” y no nos involucrarnos más allá en la solución de problemas, seguramente nos quedaremos estancados haciendo la parte técnica del trabajo y desaprovechando el inmenso aporte que nuestras capacidades pueden proporcionar a nuestros clientes.
Entonces, que falla… ¿Son nuestros clientes personas que no les interesa gastar recursos en diseño?, ¿Somos nosotros quienes no hemos educado correctamente a nuestros clientes? ¿A caso debemos educar a nuestros clientes?
No se trata de enseñarles a pensar como diseñadores, si no que se trata de demostrar capacidades para poder realizar un trabajo en conjunto.
Sin embargo, existe gente que sin tener relación con el ámbito empresarial, ven en el diseño una oportunidad para cambiar conductas, como es el caso de la TDC (terapia de diseño conductual).
La TDC se estableció como terapia alternativa hace algún tiempo y tiene resultados sorprendentes en la vida de las personas… Logran llevar una vida más equilibrada, en armonía consigo mismos ya que ellos son quienes manejan sus conductas de tal manera que enfermedades, depresiones, bipolaridades, etc. Quedan suprimidas.
Si cambios tan sorprendentes son logrados en personas gracias al diseño conductual imaginemos por un momento los cambios que lograríamos en el desarrollo laboral de personas, evitando stress, conflictos entre trabajadores, malos tratos, etc. Además de gastos innecesarios en capacitaciones para el personal, donde la gente se aburre, y no se logran objetivos planteados.
Pudiendo lograr un trabajo más agradable, armónico y por tanto ritmos de trabajo eficientes.
Todo está en ver el diseño como la oportunidad de mejoramiento en el rendimiento de líderes, trabajadores, empleados y todo el personal de una empresa.
En definitiva, podemos decir que tenemos la posibilidad de ver el diseño desde dos perspectivas; una sería la realización de piezas gráficas, es decir quedarnos en la actividad de productores y por otro lado podemos ver el diseño como una manera de pensar, diseñando estrategias y mirando hacia adelante con proyección para así, crear futuro. Nuestro trabajo más duro está en este último, hacer ver a las personas que el diseño va de la mano de los negocios, y que el diseño no es solo la creación de formas y piezas gráficas, sino que también es una forma de ver la vida y de entender los negocios en forma proyectual y estratégica. Y lo más importante, está en demostrar que trabajando en conjunto se pueden lograr resultados mucho mejores, no se trata de que un área sea más indispensable que la otra, por el contrario, se complementan para la eficacia, pero para esto debemos empezar por nosotros mismos, estamos en una etapa en que debemos experimentar, atrevernos a mirar mas allá de lo que está frente nuestros ojos, en la medida que juguemos, investiguemos e imaginemos un futuro, lograremos las herramientas que nos llevaran a ver las soluciones de manera más sencilla que de lo habitual.
Lo importante es mirar el futuro con proyección, con ideales y con ganas de crear e innovar, porque eso es estrategia, ir un paso adelante, hacer del futuro lo que imaginamos en el presente y para eso están todas las herramientas a nuestro alcance, solo debemos saber cómo aplicarlas.
Creo que es importante que nos empecemos a dar cuenta de que el diseño ya no es solo aprender técnicas, hacer maquetas, diseñar objetos, etc. Si no que el diseño es un área mucho más amplia de lo que nosotros mismos imaginamos, y debemos aprender a asumirnos como diseñadores completamente interdisciplinarios, llenos de oportunidades y con muchas áreas que abordar, muchas problemáticas que solucionar y muchos ámbitos en donde desempeñarnos y contribuir.
“El diseño en el futuro”
Artículo: “El diseño en el futuro”
Para pensar en el diseño del futuro, necesariamente me veo en la tarea de definir el diseño de hoy, una tarea bastante complicada si pensamos en la gran cantidad de planteamientos que existen acerca de las temáticas que cubre esta área profesional.
Por un lado tenemos su definición etimológica, derivada del término italiano Disegno, que quiere decir dibujo. Esta definición nos restringe en el área de desarrollo dejándonos “encasillados” en el ámbito artístico… Y así surgen definiciones del diseñador como “el encargado de dibujar (artísticamente) proyectos a construir” o “Referente al signo, significación, designar es diseñar el hecho estético de la solución encontrada”.
Hay avances cuando de pronto nos encontramos con definiciones como “Diseñar requiere principalmente consideraciones funcionales y estéticas” agregándoles el factor funcional a lo estético, pero aun así estas definiciones nos restringen en nuestra área de desarrollo.
Y por otra parte tenemos definiciones más amplias con una perspectiva de que el “diseño puede conceptualizarse como un campo de conocimiento multidisciplinario, que implica su aplicación en distintas profesiones”.
De la amplia variedad de definiciones, se cree que todas tienen una parte fundamental para la estructuración de una definición íntegra de Diseño, ya que es cierto, hay muchas definiciones y todas muy variadas, y claro si el diseño es así; amplio y aplicable a muchos ámbitos…
La vida es diseño; cuando nos proyectamos con una pareja, cuando planeamos un viaje, cuando organizamos una rutina, etc., estamos diseñando, y por otro lado, el organismo humano, la naturaleza, los ciclos de vida, etc., también son diseño, entonces, ¿Cómo definir diseño? Si es un área tan amplia y hasta se podría decir que infinita.
Si entendemos el diseño como parte fundamental de la vida, como una disciplina que inconscientemente se encuentra en todo orden de cosas, entonces porqué se valora tan poco, porqué laboralmente el diseño no es visto como algo primordial en el desarrollo de empresas, negocios, etc. si la misma naturaleza nos enseña que sin diseño hay caos, la política con su estructura jerárquica nos enseña que sin diseño hay desorden, y así en infinitas áreas más. Incluso, metafóricamente y sin querer poner al diseñador como un ser divino, se podría decir que para los creyentes, Dios sería un diseñador por sus características de creador.
Para analizar si el diseño en un futuro será muy distinto al diseño que tenemos en la actualidad, cabe cuestionarse ¿Estamos conformes con lo que es el diseño hoy? ¿Nos gustaría ver cambios en un futuro? Porque obviamente si estamos frente a un área que no nos conforma como disciplina, en un futuro habrá cambios más drásticos que si nos encontramos frente a una que nos tiene conformes en la actualidad.
Y la verdad es que no cabe duda que necesitamos cambios. Reiteradas veces hemos hablado desde la queja para referirnos a nuestra profesión con frases como; “ya me pidieron hacer un monito” “otra vez me pidieron un trabajo gratis”. Y volvemos al mismo tema de antes, la falta de valoración del diseño por parte de la sociedad es la que supuestamente nos corta las alas, pero la poca relevancia que se le da al rol del diseñador no es gratuita, por el contrario, nosotros hemos contribuido a eso.
Y volviendo un poco al tema de las definiciones, de todas las leídas, llama la atención un factor en común; la relación automática que se establece entre diseño y estética… si pensamos que diseño y estética tienen una relación directa para la mayoría, cabe cuestionarse ¿Qué mensaje le estamos entregando al mundo? ¿De qué manera estamos contribuyendo en sus vidas, en empresas, en los negocios, etc.?
Si para la mayoría el diseño es una herramienta para embellecer, para agregar valor mediante la estética, para proporcionar una solución a problemas comunicacionales
a través de estímulos visuales, etc. podemos decir que al diseñar estamos trabajando sobre los sentidos (los sentidos vistos como la herramienta que nos permite relacionarnos con el mundo que nos rodea, mediante el mecanismo fisiológico de la percepción).
A partir de esto, creemos que ese será el cambio en un futuro, dejaremos de lado la forma para centrarnos en el fondo, aprenderemos a trabajar en base a los sentidos pero centrándonos en la conciencia del ser humano.
Se recurre al termino “conciencia” porque la conciencia implica varios procesos cognitivos con aspectos interrelacionados, y para esto requiere del uso de los sentidos como medio de conectividad entre los estímulos externos y sus asociaciones. Pero entendiendo los sentidos como un medio para llegar a la conciencia.
Entonces, se puede decir que en un futuro habrá una diferencia notable respecto a la situación actual, que consiste en un cambio radical en la base de nuestro trabajo, dejando un poco de lado la estimulación de los sentidos como parte fundamental del trabajo del diseñador y atendiendo aspectos más profundos, como la conciencia del ser humano pasando de “estar al servicio de…” a ser protagonistas en una sociedad que valora el diseño como una actividad capaz de lograr cambios positivos tanto en comunicación visual como en los procesos productivos.
Muchos datos nos indican que estamos haciendo nuestro trabajo en forma superficial, y claramente ese es un error que debemos remediar, y por eso se piensa que en un futuro lograremos un diseño que utilizará la superficie para aventurarse en las profundidades; utilizará los sentidos para adentrarse en la conciencia, dejando de lado las frivolidades y cultos por la superficialidad de las cosas como es en la actualidad. Incluso, planteándonos desde este punto de vista, puedo ver el diseño como herramienta de introspección en todo orden de cosas; vida familiar, vida social y la que nos correspondería como profesionales; vida laboral.